La selva amazónica de Brasil enfrenta un peligro renovado a medida que poderosos intereses agrícolas presionan para desmantelar una prohibición de larga data sobre el cultivo de soja en tierras taladas ilegalmente. Esta moratoria, a la que se atribuye ampliamente haber frenado la deforestación, ahora está amenazada y podría desencadenar una nueva ola de destrucción forestal justo cuando Brasil se prepara para albergar la conferencia climática COP30.
Lo que está en juego: un éxito comprobado bajo ataque
Durante casi dos décadas, la Moratoria de la Soja del Amazonas ha prohibido la venta de soja cultivada en tierras deforestadas después de 2008. Este acuerdo ha sido una rara historia de éxito en la lucha contra la destrucción ambiental, reduciendo la tala de bosques relacionada con la producción de soja. Sin embargo, los grupos de presión agrícolas y algunos políticos brasileños están buscando activamente revocar la prohibición, argumentando que favorece injustamente a un grupo selecto de empresas y obstaculiza el crecimiento económico.
Por qué esto es importante: se avecina un punto de inflexión
El Amazonas ya se está acercando a un “punto de inflexión” crítico en el que la deforestación, combinada con el cambio climático, podría hacer que gran parte de la selva tropical se vuelva insostenible. Levantar la moratoria aceleraría este proceso, abriendo un área del tamaño de Portugal a una mayor tala. Esto no sólo devastaría la biodiversidad sino que también liberaría cantidades masivas de carbono a la atmósfera, exacerbando el calentamiento global.
Cadenas de suministro globales: empresas de alimentos del Reino Unido involucradas
Las implicaciones se extienden mucho más allá de Brasil. Las principales empresas alimentarias del Reino Unido –incluidas Tesco, Sainsbury’s, McDonald’s y KFC– dependen de la soja procedente de Brasil, y aproximadamente el 10% proviene del Amazonas. Estas empresas, miembros del Manifiesto de la Soja del Reino Unido, actualmente apoyan la moratoria para garantizar que sus cadenas de suministro permanezcan libres de deforestación. Sin embargo, la presión para levantar la prohibición podría obligarlos a reevaluar sus compromisos.
La ciencia: un bosque al borde del abismo
Los científicos advierten que el Amazonas ya está perdiendo su capacidad de autorregularse. La deforestación altera los patrones de lluvia, reduce el vapor de agua e intensifica las sequías. Si esta tendencia continúa, grandes extensiones de selva tropical podrían convertirse en sabanas o pastizales secos, liberando enormes cantidades de carbono y perturbando los sistemas climáticos globales.
La batalla política: un gobierno dividido
La lucha por la moratoria ha dividido al gobierno brasileño. Mientras el Ministerio de Justicia investiga posibles comportamientos anticompetitivos, tanto el Ministerio de Medio Ambiente como los fiscales federales defienden la prohibición. Este conflicto interno pone de relieve lo mucho que está en juego y los intereses en conflicto en juego.
El futuro: ferrocarriles e incentivos económicos
Para aumentar la presión, Brasil se está preparando para abrir un nuevo e importante ferrocarril que se extenderá desde zonas agrícolas hasta la selva tropical. Este proyecto de infraestructura reducirá significativamente los costos de transporte de soja y otros productos básicos, incentivando aún más el desmonte de tierras.
Conclusión: un momento crítico
El destino de la Moratoria de la Soja del Amazonas tendrá profundas consecuencias para la selva tropical más grande del mundo y para el clima global. El resultado dependerá de si los intereses económicos prevalecen sobre la sostenibilidad ambiental, con daños potencialmente irreversibles a uno de los ecosistemas más vitales del planeta.
Los próximos meses serán críticos mientras Brasil se prepara para la COP30 y el futuro de la Amazonía está en juego.
