La transición a la Edad del Bronce fue un período de importante agitación para muchas comunidades, a medida que las estructuras sociales establecidas de la anterior Edad del Cobre comenzaron a desmoronarse. Comprender esta era crucial (qué desencadenó estos cambios y cómo se adaptó la gente) sigue siendo un desafío para los arqueólogos. Un estudio reciente ofrece una nueva perspectiva a través del examen de Murayghat, un sitio antiguo en Jordania, que permite vislumbrar cómo respondieron las sociedades a grandes perturbaciones.
Antecedentes: La Edad del Cobre y su disrupción
La Edad del Cobre (o Calcolítico) vio el surgimiento de comunidades agrícolas asentadas en toda la región de Levante en Medio Oriente. Este período se caracterizó por avances como la minería y la fundición de cobre, pero hace unos 5.500 años, muchos de estos asentamientos experimentaron un declive, ya sea reduciendo su tamaño o siendo completamente abandonados.
Cambio climático y colapso social
Investigaciones anteriores sugieren que una combinación de factores probablemente contribuyó a este cambio social, incluido el cambio climático y la perturbación social. El período Calcolítico fue notablemente húmedo y contó con una vegetación que normalmente no crecería en la región en la actualidad. Este período de aumento de las precipitaciones culminó en una transición hacia un clima más seco, que puede haber impactado significativamente las prácticas agrícolas y la estabilidad de la comunidad.
Murayghat: un tipo diferente de asentamiento
Murayghat, situada cerca de la ciudad de Madaba en Jordania, se distingue de las típicas comunidades residenciales del período Calcolítico anterior. Según la arqueóloga Susanne Kerner de la Universidad de Copenhague y autora principal del estudio, parece haber sido utilizado principalmente para reuniones ceremoniales más que para la vida diaria.
“En lugar de las grandes comunidades asentadas con santuarios más pequeños comunes en el Calcolítico, nuestras excavaciones en Murayghat de la Edad del Bronce Temprano revelan grupos de dólmenes, piedras verticales y grandes estructuras megalíticas que indican reuniones rituales y entierros comunitarios, en lugar de viviendas”, explica Kerner.
Dólmenes: marcadores de actividad ritual
Los dólmenes, también conocidos como tumbas de portal, son estructuras funerarias monumentales compuestas típicamente por dos piedras verticales que sostienen una piedra angular horizontal. Kerner y sus colegas documentaron meticulosamente los restos de más de 95 dólmenes en Murayghat, proporcionando descripciones detalladas de más de 20 de ellos, todos ellos datados de la Edad del Bronce Antiguo.
Si bien ninguno de los dólmenes contenía restos humanos, su parecido con campos de dólmenes mejor conservados de la región sugiere fuertemente un propósito ceremonial.
Más allá de los dólmenes: características de la cima de la colina central
La prominente cima de la colina del sitio también presenta recintos de piedra y un lecho de roca tallada, lo que respalda aún más la interpretación de un espacio dedicado al uso ceremonial. En particular, hay poca evidencia de comodidades domésticas típicas, como fogones, que normalmente se encontrarían en zonas residenciales.
Arquitectura diversa y movimiento de personas
La variedad de estilos arquitectónicos en Murayghat es inusual para un sitio residencial. Kerner sugiere que esta diversidad podría explicarse por diferentes grupos de personas que viajan al sitio y traen sus propias tradiciones únicas.
“El diseño del sitio y la prominencia de los dólmenes respaldan esta idea, al igual que muchos de los artefactos descubiertos allí”, señala. Estos artefactos incluyen grandes cuencos comunales y otros elementos comúnmente asociados con rituales y banquetes.
Adaptarse a un mundo cambiante
Si bien el clima seco reformó significativamente el paisaje sociopolítico del Levante calcolítico tardío, no obligó a todas las comunidades a desaparecer. De hecho, algunas áreas experimentaron fuertes descensos o incluso abandono, pero otras encontraron formas de persistir.
“La gente tuvo que encontrar nuevas formas de gestionar una situación en la que los valores y comportamientos tradicionales ya no funcionaban”, escribe Kerner. “Había que desarrollar nuevos métodos para organizar la vida y la muerte, dentro de una sociedad que se enfrentaba a una importante perturbación de la vida cotidiana y se caracterizaba por jerarquías sociales débiles”.
Preguntas sin respuesta y la importancia de Murayghat
Comprender cómo se produjeron estas adaptaciones sigue siendo un desafío. Después de miles de años, reconstruir completamente los acontecimientos ocurridos en Murayghat en la Edad del Bronce Antiguo puede resultar imposible. Sin embargo, la preservación de tantas pistas en el sitio lo convierte en un recurso excepcionalmente valioso para los arqueólogos.
“Murayghat nos proporciona nuevos conocimientos fascinantes sobre cómo las sociedades primitivas afrontaron la disrupción mediante la construcción de monumentos, la redefinición de roles sociales y la creación de nuevas formas de comunidad”, concluye Kerner. El sitio ofrece una visión convincente de la resiliencia y adaptabilidad de las comunidades antiguas que enfrentan profundos cambios sociales y ambientales.




































