Durante décadas, los científicos han teorizado que podrían existir rayos en Marte, pero ahora el rover Perseverance de la NASA ha proporcionado una prueba definitiva: las descargas eléctricas sí ocurren en el planeta rojo. Este hallazgo, detallado en una investigación reciente, no es sólo una confirmación de los procesos atmosféricos: tiene implicaciones para futuras misiones y la búsqueda a largo plazo de vida más allá de la Tierra.
Tormentas de polvo y carga eléctrica
El rover Perseverance detectó 55 descargas eléctricas durante dos años marcianos, capturadas con su micrófono SuperCam. Estos no eran los dramáticos relámpagos que partían las nubes, tan familiares en la Tierra; en cambio, eran débiles ráfagas eléctricas generadas por tormentas de polvo y remolinos de polvo. Esto confirma que incluso en la delgada y seca atmósfera de Marte, la fricción entre las partículas de polvo puede generar suficiente carga estática para crear descargas eléctricas.
Por qué esto es importante: La atmósfera de Marte es muy diferente a la de la Tierra. No se necesita agua para las descargas eléctricas: las cenizas volcánicas e incluso las tormentas de arena pueden generar suficiente carga. El hecho de que esto suceda en Marte sugiere que procesos similares podrían estar activos en otros planetas, incluidos los de nuestro sistema solar y más allá.
Cómo Perseverance detectó el rayo
El instrumento SuperCam de Perseverance detectó estas descargas de dos maneras. Primero, el micrófono registró un “pitido” electrónico repentino causado por la interferencia electromagnética de la descarga eléctrica. Esto fue seguido por un débil estallido sónico, que indica un rápido calentamiento y expansión del aire alrededor del evento. Los científicos replicaron estas señales con una réplica de SuperCam en la Tierra, verificando la autenticidad de las grabaciones marcianas.
Las descargas en sí eran pequeñas, oscilando entre 0,1 y 150 nanojulios (en comparación con el rayo promedio de la Tierra de mil millones de julios). Sin embargo, un evento alcanzó los 40 milijulios, probablemente causado por una acumulación de carga en el propio rover.
Implicaciones para futuras misiones a Marte
Este descubrimiento no es sólo una curiosidad. Tiene implicaciones prácticas para futuras exploraciones. Las descargas eléctricas podrían dañar equipos sensibles, por lo que los planificadores de la misión ahora deben tener en cuenta esta amenaza. Además, comprender cómo se producen los rayos en Marte perfeccionará los modelos atmosféricos y mejorará nuestras predicciones sobre el tiempo y el clima marcianos.
Más allá de la tecnología, este hallazgo podría influir en la búsqueda de vida. Los rayos en la Tierra pueden haber desempeñado un papel en la creación de las condiciones para que surgiera la vida al proporcionar energía para reacciones químicas. Si se producen rayos en Marte, podrían haber tenido un efecto similar, aumentando la posibilidad de que alguna vez existió (o todavía existe) vida allí.
“Este estudio abre un notable campo de investigación para la atmósfera de Marte… y motiva el desarrollo de nuevos modelos atmosféricos para dar cuenta de los fenómenos eléctricos y sus consecuencias en la atmósfera marciana”, concluyen los investigadores.
La confirmación de un rayo en Marte marca un paso significativo en nuestra comprensión del planeta, allanando el camino para una exploración más informada y un enfoque renovado sobre el potencial de vida más allá de la Tierra.




































