Los estanques piscícolas tradicionales hawaianos, conocidos como loko iʻa, están demostrando ser notablemente eficaces para proteger a las poblaciones de peces de los crecientes impactos del cambio climático. Un estudio reciente de la Universidad de Hawai’i en el Instituto de Biología Marina de Hawai’i (HIMB) de Mānoa revela que estos antiguos sistemas de acuicultura ofrecen un amortiguador natural contra el aumento de la temperatura del agua, reforzando la seguridad alimentaria en un mundo que se calienta rápidamente.
Cómo Loko Iʻa mantiene la estabilidad
La investigación, publicada en npj Ocean Sustainability, demuestra que los peces dentro de loko iʻa experimentan significativamente menos fluctuaciones de temperatura que aquellos en entornos de aguas abiertas circundantes. Esta estabilidad se debe principalmente a la entrada de agua dulce en los estanques, que regula las temperaturas tanto de la superficie como del subsuelo. El aumento de las temperaturas del océano representa una gran amenaza para las poblaciones de peces a nivel mundial, pero loko iʻa ofrece una solución comprobada.
La ciencia detrás de la resiliencia
La autora principal, Annie Innes-Gold, reciente Ph.D. Graduado de la UH, explica: “Descubrimos que, si bien el aumento de la temperatura del agua provoca una disminución de las poblaciones de peces en estuarios abiertos, las poblaciones de peces loko iʻa permanecían más resistentes. Esto probablemente se debe a la regulación de la temperatura proporcionada por el aporte de agua dulce”. El estudio destaca el papel fundamental de las fuentes de agua dulce en el mantenimiento de ecosistemas acuáticos estables.
Combinando tradición y gestión moderna
La eficacia de loko iʻa no se debe únicamente a la regulación de la temperatura. El estudio también muestra que la combinación de regulaciones pesqueras, restauración del flujo de nutrientes y repoblación de peces mejora aún más la resiliencia. Estos esfuerzos combinados compensan los impactos negativos del calentamiento y aumentan sustancialmente las densidades de peces dentro de los estanques tanto a corto como a largo plazo.
Conocimiento indígena que guía la ciencia moderna
Esta investigación subraya el valor de integrar el conocimiento indígena con las prácticas científicas modernas. El equipo, compuesto por investigadores universitarios, administradores de recursos y profesionales de loko iʻa, demuestra el poder de los enfoques colaborativos.
“Estos hallazgos resaltan la importancia de los aportes de agua dulce como fuente de regulación de la temperatura”, afirma Innes-Gold. “También respaldan la importancia de la restauración biocultural en términos de mejorar las poblaciones de peces y aumentar la resiliencia socioecológica en un clima cambiante”.
El éxito de loko iʻa proporciona un modelo para una acuicultura resiliente al clima. Al combinar el conocimiento ecológico tradicional con técnicas modernas de gestión, Hawái está demostrando un camino hacia la seguridad alimentaria sostenible en un mundo en calentamiento. La preservación y restauración de estos sistemas antiguos ofrece una poderosa herramienta para mitigar los impactos del cambio climático y garantizar la salud a largo plazo de los ecosistemas marinos.
